Vino y Cupcakes

“Son madalenas decoradas” me decía un amigo… De modo que lo primero que hice antes de lanzarme a preparar recetas fue buscar las diferencias entre ambos tipos de repostería, y las encontré. Vaya si las encontré. Lo único que comparten son los moldes de papel rizado en los que se hornean y se sirven.

La masa de los cupcakes es de un verdadero pastel o tarta, con mantequilla, no con aceite. También existen diferencias en el tipo de masa y su comportamiento en el horno, y por lo tanto, también en la textura final. Y finalmente en la decoración: Esencial en el cupcake.

La segunda cosa que hice fue imaginar cómo podría armonizar una selección de cupcakes con vino, y aquí es cuando el concepto se complica a la vez que se simplifica. Me explico: Si me baso en los más elementales principios de la sumillería un pastel, por pequeña que sea la porción es un postre y dulce, por lo que según las “reglas” lo maridaré con vinos de postre y por supuesto dulces…

Pero como todo evoluciona y debemos ser modernos y descontextualizar el vino, me atreveré a proponeros otro tipo de sugerencias.

Cuando creamos maridajes y armonías debéis tener en cuenta que el “frosting” (la crema que decora el cupcake) va a tener mucha más incidencia en el sabor que la masa de la base.

Por ello, mi elección va a centrarse más en vinos blancos aromáticos y no demasiado secos, así como tintos poco tánicos o con taninos maduros y dulzones, como los de variedades mediterráneas.

Apunte: Recordad que taninos y lácteos (el frosting lleva una base de productos lácteos) tienen una interacción que puede llegar a ser desagradable en boca.

Cupcakes y Vinos blancos

· Con una base de bizcocho blanco y un “frosting” de crema de limón o incluso manzana verde, VIÑA SOL o VERDEO van a sorprenderos por su armonía aromática y su capacidad para aligerar el cupcake.

· Un chardonnay como ATRIUM lo serviría con alguna preparación con crema de plátano o incluso el famoso “carrot cake” (pastel de zanahoria) en versión cupcake.

· Pero donde jugaría la carta de la originalidad creando una crema con esencia de rosas i lichis sería con un cupcake para acompañar VIÑA ESMERALDA. Delicadeza, sutilidad y una buena dosis de feminidad.

· Mi lado más clásico me pide una creación con nuestro MOSCATEL FLORALIS (que os puedo asegurar que funcionaría de maravilla con todas las propuestas anteriores) donde crearía un frosting con crema catalana caramelizada. Simplemente delicioso.

Cupcakes con… ¿tintos?

Sí. Como comentaba anteriormente lo mejor es pensar en tintos mediterráneos a base de garnacha, tintos poco tánicos y afrutados como merlots, y por supuesto tintos dulces.

Para maridar los tintos con vuestras creaciones, os recomiendo, aquí sí, jugar con la masa del cupcake: Chocolate y especias se convertirán en vuestros aliados ya que son notas de muchos tintos tras su paso por barrica.

Apunte: En rellenos y frostings nada más sencillo que añadir esencias de frutos rojos propios de los aromas varietales y chocolates y cafés de los aromas de elaboración.

· No tendría ningún reparo en armonizar un cupcake de chocolate con topping de café con un ATRIUM MERLOT.

· Inspirándome en la receta del archiconocido pastel Selva Negra, os propongo un cupcake de cereza combinando chocolate y nata con un CORONAS.

· Pero para los amantes del chocolate: un cupcake tooooodo chocolate con una garnacha mediterránea como la de SANGRE DE TORO, puede ser una muy buena opción.

Más y mejor en próximas entregas. Mientras tanto os animo a probar combinaciones con vuestros cupcakes y nuestros vinos.

Recordad que como siempre, estaremos encantados de solventar vuestras dudas en nuestro pequeño rinconcito Pregunta al Experto. Pasad sin llamar, estáis en casa.

¡Salud!

Sergi Castro