Rosa Mª Domènech

Desde su experiencia, conocimientos y amor por el oficio, Rosa Mª se ha erigido en custodia, gestora y continuadora de la calidad de la uva y la vendimia; un legado que nace en la viña y se perpetua en la vida.



Natural de la Llacuna, la vida de Rosa Mª es un compendio de buenas maneras para con la vid; aromas e imágenes cargados de sabiduría y axiomas arraigados a la tierra.


(FT): Cuando piensas en los inicios, ¿qué recuerdos te vienen a la cabeza?

(R): Recuerdo las meriendas con pa vi i sucre (pan vino y azúcar) que me preparaba mi bisabuela, la “iaia Cisca”. Era el vino que elaboraba mi abuelo con las uvas de sumoll de su pequeño viñedo, tan pequeño que lo vendimiábamos en un solo día. Lo recuerdo con mucha alegría, pequeños y mayores todos a una en las labores del campo. Nos hacía sentir “importantes”; parte de todo aquello.


Otro caso de vocación por inevitabilidad. El presente de Rosa Mª. no se comprende sin su pasado.


“Siempre he sentido un vínculo muy estrecho con la tierra, la necesidad de estar al aire libre y el respeto por la agricultura. Cuando tuve que elegir mis estudios me decanté por Ingeniería Técnica Agrícola con la finalidad de poder trabajar en el sector primario. Continué con enología para especializarme en viticultura. Empecé a trabajar en Familia Torres una vendimia y nunca he dejado de aprender, de los compañeros, de los viticultores, de cada vendimia”



(FT): Hoy, tu labor va ligada a una suerte de arqueología del terroir, de la parcelación, de selección varietal ligada a la expresión de cada zona; respetando las prácticas culturales de cada viticultor.

(R): En cada zona buscamos las variedades mejor adaptadas, los lugares donde expresan su mayor potencial. El terroir paradigmático es distinto en cada región, buscamos viñedos de producción equilibrada y maduración lenta. La variedad, el suelo y el clima configuran la identidad de cada vino, pero las prácticas culturales y el trabajo del viticultor, es clave para conseguir uva de calidad.


Conocedora del territorio, el día a día de Rosa Mª. transcurre por senderos de cepa y piel. Viñedos singulares y rostros curtidos.



“Conseguir la mejor uva conlleva profundizar en territorios muy diversos, des de la Terra Alta, Priorat, Montsant, Costers del Segre, Penedès, hasta el Empordà. Paisajes muy distintos, viñedos singulares, pero también personajes singulares.”

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Viñedo de garnacha, con las montañas de Montserrat al fondo, del que se obtiene uva para el vino Vinyarets (DO Penedès).

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(FT): ¿Qué se tiene en cuenta a la hora de realizar la búsqueda de la mejor uva para los nuevos proyectos, y en concreto para Vinyarets?

(R): Los nuevos proyectos, como por ejemplo Vinyarets, lo que nos permiten es dar voz a estos viñedos de los que ya estamos obteniendo un gran calidad de uva desde hace tiempo, vinificar por separado y que puedan expresarse. Se han seleccionado viñedos ecológicos bien orientados, equilibrados, en suelos y altitudes diversas, para representar la gran diversidad que conforma el Penedès, dotando de valor variedades como sumoll, que proviene un poco de todo el territorio, ya que hay pocas viñas. Aporta tanicidad y un punto vegetal. Para la garnacha se han seleccionado viñedos del Alt Penedès (subzona: Alts d'Ancosa y Costers del Anoia), buscando mayor altitud y frío, donde las maduraciones son más lentas y pausadas; nos aporta la fruta, el nervio. El tempranillo proviene del Penedès Medio (Turons de Vilafranca), buscando más la concentración.


(FT): Eres continuadora, en muchos casos, de relaciones y colaboraciones centenarias. ¿Sigues encontrando en las personas la esencia de una buena gestión del viñedo?

(R): Adoro conversar con los viticultores, escuchar las anécdotas de sus antepasados o de anteriores vendimias. Me impresiona cuando me hablan de que continúan la labor de sus abuelos, es como perpetuar la historia.


Todo un año de esfuerzos culminan en la vendimia. El Día-D y la Hora- H de nuestra querida Rosa Mª.

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Rosa Mª entre viejas cepas que próximamente serán podadas.
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“Me paso los días mirando al cielo (y a las aplicaciones meteorológicas), catando las uvas de los viñedos, hablando y escuchando muchísimo para coordinar las necesidades de viticultores, enólogos y bodega.”



(FT): ¿Cómo vives las vendimias?

(R): Es un momento de mucha tensión. Los esfuerzos de todo el año están “colgados” literalmente en las vides y todo el mundo tiene prisa por vendimiar. Nuestro trabajo es optimizar la logística para que toda la uva pueda ser vendimiada en su momento óptimo y expresar su máximo potencial.


A Rosa Mª le gustan los vinos con identidad, con origen, vinculados a la tierra y a las personas que lo hacen posible. Porque el paraíso es un lugar cercano, el mejor plan no se resiste a la simplicidad que encierra la esencias de las cosas:



“Buen vino, buena compañía y mejor tertulia.”