Maridajes de sofá… y mantita

Los días se acortan y las noches empiezan a ser más frescas. El viñedo cambia de color para recordarnos, con esas tonalidades que van desde el amarillo pálido hasta el rojo granate, que el otoño ya está aquí y el invierno aguarda a la vuelta de la esquina.
Atrás queda el verano y la cocina fresca, ligera y sin demasiados artificios que hemos maridado con los vinos blancos o tintos ligeros de Torres que, bien fresquitos, nos ayudaron a soportar los grandes calores.
Con el cambio de estación, pero sobretodo de temperatura, el cuerpo nos está pidiendo otra cosa. Esperamos el fin de semana para ir a comer los macarrones, el caldo, el cocido, los guisos o el estofado de mamá o de la abuela. ¡Y que no se nos olvide el “tupper”!
Son lo que llamamos “platos de cuchara” y que los americanos llaman “comfort food”. Según la socorrida Wikipedia, el “comfort food” es esa comida preparada de forma tradicional, casera, que nos evoca cierta nostalgia, nos proporciona no sólo reacciones agradables en el paladar sino también una reacción emocional placentera.
Parece obvio que ante esos cocidos, estofados y asados los tintos van a gobernar en solitario. Pero ya sabéis que nos gusta ir un paso más allá, por lo que vamos a ver que con ciertos platos un buen blanco con crianza va a tener su lugar.
¿Cómo pensabais acompañar esos canelones caseros con esa capa crujiente de queso gratinado? Os proponemos hacer la prueba con Atrium Chardonnay. Y es que un buen Chardonnay con crianza, total o parcial, os emocionará.
Donde los tintos van a imponer su criterio van a ser en todos esos platos de carne “de cocción lenta”.
Para clásicos tan otoñales como estofados y cocidos, proponemos vinos poco tánicos o con taninos maduros ya que la grasa y los jugos de la carne quedarán integrados en la salsa del plato. Aquí, nuestro eterno Coronas dará mucho juego.
Para los platos en los que las setas tengan una destacada presencia, los Merlots van a ser una de las variedades recomendadas, pero Garnachas y Cariñenas mediterráneas y Tempranillos con cierto envejecimiento también serán buenos acompañantes de esos manjares de temporada. ¿Opciones? Atrium Merlot, Celeste, Salmos, Gran Sangre de Toro… ¡Haced la prueba!
Si por el contrario preferís Tempranillos con más brío; o un buen Cabernet donde la carga tánica propia tenga una destacada presencia, los asados suavizarán esta característica. Ibéricos o Atrium Cabernet funcionarán de maravilla.
Y por cierto, ¿sabíais que los taninos desaparecen como por arte de magia con las leguminosas como lentejas, garbanzos y alubias?