Las libélulas del estanque: seres galácticos

Por: Jose Luis Gallego. Divulgador ambiental (@ecogallego)
Los baños estivales en las balsas, estanques y acequias de riego que hay en el campo nos permiten entrar en contacto con los insectos que tienen en ellas su hábitat preferido, entre los que se encuentran algunos de los invertebrados más espectaculares de la fauna ibérica.
Zapateros, notonectas, ditiscos, chinches de agua y otras especies forman parte de la fauna acuática que vive entre el lodo del fondo y su superficie, y que pueden deparar una interesante jornada de campo para el naturalista aficionado que acuda a refrescarse.
Pero si los insectos que viven bajo el agua pueden llegar a sorprendernos, todavía resulta más asombroso observar a quienes la sobrevuelan en busca de alimento, y muy especialmente los representantes del género odonata, comúnmente conocidos como libélulas y caballitos del diablo. La diferencia entre ambos es que las primeras son mucho mayores y tienen las alas horizontales (como los helicópteros), mientras que los segundos son de menor tamaño y extienden sus alas en vertical.

Ejemplar de libélula en su hábitat natural.
Recuerdo nítidamente una jornada de baño en una poza de río en la que me vi rodeado de estas maravillosas criaturas de cristal, que sobrevolaban como si fueran robots aéreos la superficie del agua, posándose en los nenúfares y la punta de las espadañas.
Las libélulas poseen dos pares de grandes élitros, que es como se llaman en verdad las alas de los insectos, muy largos y rectos que pueden mover de manera independiente. Gracias a ellas pueden volar hacia delante o atrás, ascender, bajar en vertical o permanecer durante largo tiempo suspendidas en el aire. Respecto a su velocidad de vuelo, algunas especies pueden llegar a alcanzar puntas de hasta cien kilómetros por hora ¿Quién da más?
Ningún creador de cine fantástico, ni el mismísimo George Lucas, podría haber diseñado una figura animada más extraordinaria que algunas de ellas. Como la gran libélula emperador (Anax imperator) que con sus ocho centímetros de longitud y doce de envergadura (de punta a punta de élitro) es la libélula más grande de Europa y uno de los insectos voladores más espectaculares del planeta.

Libélula en un atardecer de verano.
Pero si la sola visión de una libélula suspendida en el aire, como un helicóptero en posición de rescate, resulta sorprendente, todavía lo es más observar el apareamiento de estos insectos. Y es que las libélulas acostumbran a copular en el aire, unidas por el abdomen, para continuar volando como si fueran una rosquilla con alas: verlas desplazarse de esa manera resulta verdaderamente increíble.
A menudo se posan en la vegetación lacustre o en las piedras para ‘cargar baterías’ extendiendo sus largas alas al sol para que actúen como placas fotovoltaicas, recuperando rápidamente la energía perdida. Por el contrario, cuando hace mucho calor, descansan posándose en vertical, con el cuerpo en perpendicular a fin de exponer la mínima superficie de su cuerpo a los rayos solares.
En la Península Ibérica hay 79 especies de odonatos, muchas de ellas se encuentran en peligro de extinción. Estos insectos desarrollan un papel fundamental en el ecosistema como agentes sanitarios, además de resultar muy beneficiosas para el ser humano al actuar como predadores naturales de moscas y mosquitos, manteniendo así sus poblaciones a raya.
Pese a su gran tamaño, son completamente inofensivos para el ser humano: no pican jamás, no transmiten ninguna enfermedad ni causan daño alguno a los cultivos. Por todo ello, antes que temerlos, debemos tolerar y disfrutar de su presencia desde la admiración y el respeto.
Además de balsas y estanques resultan muy comunes en fuentes, lagunas, orillas de embalses y remansos de ríos, marismas y el resto de aguazales, incluidas las piscinas de verano, a donde suelen acudir de forma equivocada creyendo que allí encontrarán alimento. Si en estos días se da el caso y estamos en una de ellas disfrutando de un baño, será el momento oportuno para observarlas con detenimiento explicándoles a quienes se sientan amenazados sus beneficios y su absoluta inocuidad.